A mi manera

 En esta última entrada, como ya le adelanté a Xoán, quiero utilizar mi segunda opción de temática libre para hablaros de cómo pretendo y deseo que sean mis futuras clases.

No nos damos cuenta de lo cerca que estamos para alcanzar ese objetivo, ser profes de los chavales más jóvenes, y parece que fue ayer cuando nosotros estábamos en la secundaria. Vamos a ser parte de sus vidas de una manera u otra, y lo que es más importante, vamos a tener la capacidad y las herramientas para influir en ellos. Dicho esto, os comento un poco cómo van a ser mis futuras clases:

Primero la apariencia. Tengo claro que quiero ir con mi look actual (espero no asustarles), con mis camisetas de grupos, ropa rockera, outfits que suelo usar en mis conciertos, mis pelos y barba vikingos (ojalá les mole). En cierta manera esto lo hago porque sé que puede dar que hablar y en parte porque llama la atención, así que tengo un punto a favor en ese aspecto.

Metodología. Quiero que mis clases sean dinámicas, participativas, que los chavales no tengan miedo de hacer ruido (ojo, ruido me refiero a música, no a que molesten al resto o cosas así), que tengan iniciativa para participar en performances o actuaciones que se propongan. De esa manera quiero conseguir que pierdan algo de vergüenza y sean extravagantes si no lo son ya.

Exámenes. Esto es algo delicado, ya que no estoy seguro de qué me puedo encontrar en un futuro o si me exigen ciertas obligaciones en cuanto a la realización de exámenes. No obstante, si puedo elegir querría que me mostrasen sus aptitudes musicales, no sólo a la hora de interpretar, sino también a la hora de comprender qué se está escuchando y, aunque puede resultar algo más peñazo, conocer parte de la historia de la música. Al menos algunos de los acontecimientos más destacados, pero no sólo centrarme en la música clásica occidental o algo por el estilo, ya que en la música del siglo XX y actual hay auténticas joyas en este campo que merecen ser estudiadas o al menos conocidas.

Dicho esto, me despido de vosotros y os insto a que no dejéis nunca la música, de escucharla, interpretarla, descubrirla, amarla y compartirla con los que te importan y, por qué no, con todo el mundo.

Un saludo y un abrazo enorme compadres.

Comentarios